sábado, 7 de enero de 2012

PANCHIRA... el pasatiempo de los jóvenes japoneses. 1. Parte

El Japón tiene una interesante dualidad, por un lado, existe una sociedad rígida y tradicionalista que establece un rol a cada uno de sus integrantes, del cual es muy difícil salirse y que de alguna manera es similar al sistema de castas de la era Edo. Este rol establece un estilo de vida y una identidad a cada uno de sus segmentos, de la cual los individuos solo pueden tener pequeños escapes. Uno de los mas importantes es lo que leen, lo que ven y las actividades que practican de manera secreta.


Ante este panorama, por otro lado, no es de extrañar que haya un buen numero de ciudadanos que cultivan una serie de gustos y preferencias que sean convertido en algo muy difundido y cotidiano una de ellas es el ¨panchira¨.             


                                                                             
¨Panchira¨ es una contracción en japones de las palabras pantaleta y ¨un poco¨ y significa efectivamente ¨dejar ver un poco de la pantaleta¨. El termino fue acuñado por las chicas quienes lo usaban para advertir a otra que se le veia la ropa interior; sin embargo, el termino fue adoptado para describir el fetiche del ¨upskirt¨ (verle las pantaletas a las chicas). Para una chica occidental el hecho de que por accidente se le vea la pantaleta es motivo de pena y para una mujer japonesa es sumamente penoso y una afrenta a su honor. Tal es su aversión a que le vean la ropa interior que la lavan y secan dentro de la casa o habitaciones; y cuando se deshacen de ella, prefieren quemarla. Tal actitud puede parecer exagerada, sin embargo, hay que tener en cuenta que la gran mayoría de los hombres japoneses se sienten sumamente atraídos hacia lo no permitido, desarrollando una autentica subcultura del panchira.



Hasta la fecha es muy descarado el intento de los hombres japoneses por ver las prendas de las chicas; tanto así que con la llegada de los celulares con cámaras integradas se levanto un escándalo general, y se tomo la medida de que los mencionados celulares hicieran ruido al momento de tomar una foto. Esto ayudo un poco al problema, pero los japoneses tienen una gran cantidad de técnicas: espejitos, lugares estratégicos...y, peor aun,  el compartir las imágenes entre ellos por medio de revistas especializadas. 



BURUSERA
Considerando la obsesión de los hombres japoneses por las pantaletas, hace algunos años, algunas chicas, menos tradicionalistas que sus madres, con un afán consumista y poco dinero para satisfacerlo, encontraron una buena fuente de ingresos en la venta de su ropa interior usada, la cual era comprada por tiendas de porno  o accesorios sexuales. El éxito de esto fue tal que pronto surgieron tiendas especializadas llamadas ¨Burusera¨, contracción de ¨Burume sera¨, (adaptacion al japones de ¨Bloomer Sellers¨), que vendían las pantaletas junto con la foto de la propietaria a un módico precio de 50 a 100 dolares; mas adelante se establecieron maquinas especializadas en vender porno, condones y pantaletas usadas, y en algunas tiendas se comenzó a usar la modalidad  ¨Narasara¨, que implicaba que la chica se quitaba las pantaletas delante del cliente al momento de la venta. 


El negocio no terminaba ahí, ya que ha muchas de estas chicas se les pagaba dinero por aparecer en vídeos levantándose la falda, posteriormente desnudas y, al final, haciendo pornografía. El nivel de preocupación de la sociedad ante este fenómeno llevaría a declarar una ley en contra de la venta de prendas intimas de chicas menores de edad, lo cual ocasiono el cierre en masa de todas las tiendas de burusera, aun que hubo chicas que encontraron maneras de seguir obteniendo dinero: vendían fotografías suyas con una pantaleta incluida como regalo (de esa manera no se violaba la ley), se citaban con los clientes que olían sus prendas interiores mientras aun estaban puestas, y otras mas a la tendencia alarmante denominada ¨Enjokousai¨ o ¨citas compensadas¨, es decir tener relaciones con hombres mayores a cambio de dinero o de regalos caros. 


Uno de los incidentes mas interesantes después de la promulgación de esta ley fue que, en la prefectura de Kanagawa, un individuo fue arrestado por seguir a unas jovencitas durante varias calles, mientras les ofrecía comprar las pantaletas y los brasieres. Al ser arrestado,  se defendió diciendo que no sabia que eso era un crimen. 



Aun así, las mujeres japonesas todavía tienen mucho que temer. Es muy común que alguna mujer extranjera, al ir a la lavandería, sufra el robo de sus prendas si se descuida por unos segundos; igualmente se han dado casos de pervertidos que son arrestados introduciéndose en las casas para robar las codiciadas prendas. 
No obstante, la afición por el panchira sigue teniendo una gran cantidad de practicantes, quienes, aunque ya no pueden conseguir pantaletas usadas, siguen buscando con empeño obtener los mejores panty shorts.



PANCHIRA... en grupo
Los japoneses tienen un especial cariño por los clubes y organizaciones para compartir sus aficiones, y el panchira no es la excepción. En octubre de 2009, uno de estos grupos fue arrestado in fraganti   al acosar a la empleada de una tienda. Mientras uno de ellos la distraía, el resto del grupo le tomaba fotos con sus cámaras . Los seis integrantes llevados a juicio se hacían llamar orgullosamente ¨tosatsukai¨ (que significa, en una traducción muy libre, la asociación de la foto robada), los cuales competían por ver quien sacaba la mejor foto y luego la subían a un sitio web, donde comentaban la técnica de cada foto. Los integrantes del grupo ya tenian antecedentes en delitos tan graves como violar la ley de la pornografía infantil. El juez encargado del caso dicto sentencias severas; y, si bien ellos lograron salir en libertad condicional, quedaron bajo supervision durante 5 años o mas.


Como esa pandilla hay muchas, al igual que muchos sitios de Internet e incluso revistas;  todos proporcionan consejos y técnicas para el panchira. Recientemente salio a la venta una microcamara del tamaño de la uña de un dedo meñique, algo que sin duda sera usado por los fanáticos del panchira.